Al sur de la provincia de Sevilla, lindando con Cádiz, emparentada con Jerez al compartir campiña, está el promontorio que se alza, en la planicie de las marismas del Guadalquivir cuando se acerca a su final en Sanlúcar de Barrameda, Lebrija, cuna de flamencos de raza y primeras figuras del arte jondo. El mítico Diego El Lebrijano, el ya citado en el apartado de Utrera Pinini, Juaniquí y su repertorio precioso de Soleares, El Chozas, Antonia Pozo y, como no, Juan Peña El Lebrijano. También son de Lebrija Curro Malena, Miguel Funi, Manuel de Paula, el toque de Pedro Peña, Pedro Bacán, el piano de Dorantes y el baile de Concha Vargas.
Juan Peña El Lebrijano, hijo de La Perrata y hermano de Pedro Peña, sobrinos de El Perrate de Utrera, familia también de El Funi, Turronero, Bernarda y Fernanda, Pedro Bacán. Todo queda en familia en la hermosa localidad lebrijana.
Prolífico fue también Curro Malena, buen representante del cante lebrijano, destacando por seguiriya, soleá, martinete y bulerias.
Artista es también Miguel el Funi, canta y baile con personalísimo estilo y cultiva sus propias letras.
Si en Utrera destaca su festival, El Potaje, no ha sido menos el lebrijano llamado La Caracolá. Hoy destaca el cantaor José Valencia, situando el cante de Lebrija en lo más alto del panorama actual.