En cuanto a la rítmica todos los estilos de fandango que han llegado hasta nosotros y se practican en la actualidad los podemos clasificar en dos grandes grupos, aquellos que están sujetos a un compás (verdiales, fandangos de Lucena, todas las variantes onubenses, etc.) y aquellos que acabaron desprendiéndose de la métrica para interpretarse libres como malagueñas, granaínas, tarantas, fandangos naturales (personales, no todos), etc. Los fandangos de Huelva no necesitaron aplicar esta fórmula al tener una rítmica ya de por sí muy flamenca, como veremos.
Pero es precisamente en los fandangos de Huelva donde ese patrón se desdobla para hacerse de una peculiar manera, que se suele llamar palilleo y que se basa en un patrón de bolero (abandolao) y medio patrón (el segundo cortado), lográndose una rítmica tan peculiar como flamenca desde un punto de vista rítmico, tanto que hoy es tenida como referente en muchas piezas instrumentales (de guitarra flamenca), debido a la singular forma que tienen en Huelva de medir su música. También en el baile ha tenido la rítmica de Huelva su lugar en las coreografías. Mientras el patrón abandolao de los fandangos orientales se ha ido transformando hacia los jaleos el de Huelva ha conservado su original estructura sirviendo de base como decimos al toque y al baile. El desdoble del citado patrón es el que le otorga esa originalidad. Este palilleo se realiza sobre el siguiente patrón rímitco
Así pues, la rítmica del fandango onubense tiene una singularidad en su acompañamiento con respecto al resto de fandangos andaluces, seguramente propiciada por la situación geográfica en el extremo occidental de Andalucía. Las provincias vecinas de Cádiz y Sevilla también han podido influir en esa rítmica singular con respecto al aire abandolao (bolero) de los fandangos orientales.
Como vemos, el aire abandolao de los fandangos se realiza sobre un compás de 3/4. Sin embargo ya apuntamos que en el caso del fandango de Huelva esa métrica se desdobla, resultando entonces en cierto modo un compás de 6/8 que equivaldría a dos compases ternarios agrupados en uno solo. Resultando entonces un compás binario de subdivisión ternaria, de ahí que el sistema de transcripción más óptimo para llevar a la partitura el fandango de Huelva sea el de 6/8, lo que no quita que escuchemos el aire ternario, aunque desdoblado. Lo que sería el 1-2-3 machacón que encontramos en el abandolao, en Huelva se transforma en el 1-2-3 / 4-5-6 característico del palilleo que con los nudillos se suele realizar para marcar el aire de estos fandangos.