Sevilla, y la provincia sevillana, juegan un papel principalísimo en la historia del flamenco. En la capital se forjó el flamenco profesional, fue allí donde comenzaron a presentarse las formas flamencas en modo artístico, para el público. Los bailes y el cantar alante.
El flamenco nace en realidad cuando se comienza a cantar alante y el canto se desprende de su dependencia del baile. Así mismo la guitarra comienza a desarrollar recursos para acompañar el cante, que no el canto, para hacerse flamenca. Y por su parte el baile abandona poco a poco las maneras boleras para adoptar formas, y fondo, más agitanadas, más flamencas. El flamenco es el nuevo género y todos siguen la nueva escuela, todos quieren seguir las directrices del género recién nacido. Y en Sevilla es donde más y mejor los artistas pueden experimentar las nuevas formas, los estilos, los palos, y ponerla a prueba ante el público, ávido de un lenguaje con el que, poco a poco, va identificándose cada vez más. Fue en Sevilla. Muchos de los intérpretes procedían de Cádiz y su provincia, pero fue en Sevilla donde se pusieron ante un público exigente que en cierto modo iba moldeando a su gusto el nuevo repertorio.
El Baile en Triana que describió Estébanez Calderón, que publicó en 1842, probablemente se celebró en 1838
En resumen, las principales figuras de los tiempos primitivos del género recalaron en la capital o en su principal arrabal, Triana, y Sevilla fue escenario de encuentros entre cantaores, tocaores y bailaores, maestros y alumnos aventajados que dieron los primeros pasos, mediado el siglo XIX, en clave flamenca, sustituyendo la escuela bolera que domino casi un siglo por el más racial y castizo acento agitanado de los nuevos cantes, toques y bailes. Y la influencia, y presencia, de artistas gaditanos contribuyó a que en los escenarios sevillanos, teatros, colmaos, reuniones, academias de baile, corrales de vecinos fueran los primeros en disfrutar del nuevo género musical y de baile que acabaría convirtiéndose en el más popular de España para todo el mundo.