La décima provincia flamenca es Badajoz, con las ocho andaluzas y Murcia ha logrado hacerse un lugar preferente en los territorios de la música jonda aportando estilos y artistas de postín. La gitanería pacense, los gitanos de la Plaza Alta, la familia de Porrinas de Badajoz y todo el flamenco que surgió, sobre todo a partir de los años sesenta, en torno a una forma particular de decir el cante. Influídos por la fiebre flamenca de las últimas décadas del siglo 20, los flamencos extremeños han ido configurando estilos que se han encargado de divulgar convenientemente entre sus compañeros artistas en fiestas, tablaos, festivales, giras y teatros. Nos referimos, por una parte a los originales jaleos, una suerte de bulerías extremeñas con aire de romance, el ritmo pastueño de la bulería de Lebrija, y por otra los tangos, variantes que hicieron furor en los años sesenta y setenta del siglo pasado en Madrid, partiendo de Porrina de Badajoz y popularizados más tarde por Camarón, Juan Cantero, El Indio Gitano, Ramón el Portugués o Guadiana, La Marelu. Tangos muy flamencos, con sus tercios largos y aire muy acompasado.
Los jaleos extremeños tienen su origen en las fiestas que los gitanos celebran en sus bodas tras el rito. Al parecer los estilos se hacían con un aire más ligero hasta que Porrina, seguramente queriendo dotarlos de la jondura adecuada, los comenzó a hacer más lentos y pastueños.
Además debemos mencionar otras variantes de estilos flamencos forjadas por cantaores extremeños, la taranta de Pepe El Molinero, los fandangos de Pérez de Guzmán, fandangos de Porrina de Badajoz o Manolo Fregenal.
La afición al flamenco por parte de la población pacense la podemos fechar en la apertura del Café Cantante de Silverio Franconetti poco meses antes de morir, en febrero de 1889. Entre los impulsores de los estilos jondo con sello extremeño hay que citar a la familia del tío Juan Tomá y Tía Ana (padres de Porrina); la familia de la Hipólita, sus dos hijos, Romerillo y Alejandro y su nieta, Remedios Amaya. Otra familia flamenca es la de Alejandro, padre de La Marelu. Y no nos podemos olvidar de El Musiquina, padre de Guadiana y de Ramón El Portugués. Y de aquí nacen grandes artistas; unos dentro de estas familias y otros alrededor de ellas, como la La Kaita.
En la guitarra hay que nombrar a la familia de Manolo de Badajoz, sus hermanos Pepe y Ernesto y el hijo de este Justo. Una dinastía de guitarristas de primera fila que desempeñó buena parte de su carrera en Madrid.