La historia de Cádiz, la ciudad más antigua de Occidente, debería ser suficiente para calibrar con justicia su importancia en la forja del género flamenco
Estamos en la época donde los majos y majas eran el modelo a seguir. Entre pelucas francesas y minués, entre gorgoritos italianos y vestimenta a la moda, en España el pueblo se miraba en majos y majas que eran la sal del mundo. Y sin duda Cádiz aportó muchas maneras a estos personajes de rompe y rasga. Pablo Esteve, uno de los más prolíficos compositores de música teatral en la segunda mitad del siglo XVIII cantó las excelencias de la majencia en muchas ocasiones. En una tonadilla a solo de 1780
Y sus gitanos, ay sus gitanos, ya lo dice la letra:
Los gitanitos del Puerto
le dicen a los de Cai,
a cuánto vendéis la libra
de la sal que derramáis.
Los gitanos que habitaban Cádiz y su Bahía en aquellos años fueron el modelo a seguir en cuanto a majencia y garbo se refiere. Buena parte de ellos procedían seguramente de La Carraca, arsenal que ellos mismos levantaron tras la gran redada de 1749
A los viajeros les llamaba la atención lo integrados que estaban los gitanos de Cádiz, a diferencia de otras ciudades. Esto también contribuyó a que las gentes de Cádiz crearan en libertad sus cantes, toques y bailes, acertando a crear un género con vocación universal.
De Cádiz es la familia de artistas más importante de las que en el flamenco son, nos referimos a los Ortega de Cádiz, saga que va de El Planeta hasta Manolo Caracol, pasando por los Gordos, padre e hijo, la bailaora Gabriela, José El Águila y tantas otras figuras del cante, el baile (y el Toreo: Los Gallos).
También de Cádiz fue Rosario Monge La Mejorana, maestra de los primeros pasos del baile flamenco y madre de la gran Pastora Imperio.
Gaditano es el gran compositor jondo Enrique El Mellizo, creador de soleares, seguiriyas, tientos, malagueñas. A quien Fernando Quiñones llamó el Falla del flamenco. Maestro de maestros como Chacón, Torres, y el también gaditano Francisco Lema Fosforito, primera figura de los cafés cantantes sevillanos, disputando fama con el mismísimo Antonio Chacón.
Además de los ya citados, hay que nombrar a Miguel Cruz “Macaca”, Teodoro Guerrero “El Quiqui”, Romero El Tito, Antonio El Mellizo y Hermosilla
Y la guitarra gaditana tiene a un pionero absoluto como José Patiño y sus alumnos más destacados, Manuel Pérez El Pollo, Juan Gandulla Habichuela.