En referencia a los territorios del flamenco, hay que hablar en primer lugar de Cádiz, ciudad y provincia de capital importancia en los orígenes del flamenco y cuyo repertorio se puede bien identificar tanto desde una perspectiva geográfica como por el papel que juega en los orígenes del flamenco. En el mapa de Andalucía mostrado en la lección anterior podemos observar cómo la provincia gaditana atesora un gran número de estilos, seguramente en la que mayor variedad se practican. Incluyendo no solo la capital, sino los Puertos y Jerez, ciudad clave en la historia (y en la actualidad) del flamenco más cabal, al estar situada en el meollo del territorio flamenco, el camino entre Sevilla y Cádiz.
Cádiz capital
Cádiz, Tacita de Plata y su minúsculo territorio supo durante el siglo XIX destilar lo más granado de la tradición musical andaluza para transformarla en un sentido artístico en la música que hoy conocemos como flamenco. La capital gaditana ha estado siempre en la vanguardia creativa e interpretativa del género, aportando numerosos estilos mucho más allá de las representativas alegrías, así como artistas de primer nivel como creadores de repertorio, en el cante, la guitarra y el baile.
Los Puertos
Si es importante para el género flamenco la capital gaditana, no lo es menos la zona de Los Puertos de la Bahía. Puerto Real, San Fernando, Rota, Sanlúcar y el Puerto de Santa María, tienen una relevancia enorme para el flamenco. Fueron cuna de principalísimas figuras durante la época de gestación del género. Desde El Fillo hasta Camarón estas localidades aportaron cantes y cantaores de suma importancia para el desarrollo del flamenco.
Jerez
Jerez de la Frontera es, por mérito propio, la capital actual del flamenco. Sus intérpretes han sido, y son hoy en día, figuras de primerísima fila tanto en la creación como en la recreación de estilos para el cante, el toque y el baile. Aunque se habla mucho sobre la paternidad del cante, la cuna del flamenco y otras especulaciones, no cabe duda que Jerez juega un papel capital en el desarrollo y afianzamiento del género flamenco desde la segunda mitad del siglo XIX y durante todo el siglo XX (y lo que llevamos de XXI). No en vano dos primerísimas figuras del cante de todos los tiempos eran jerezanos, del barrio de San Miguel, Manuel Torres y Antonio Chacón, en palabras de José Manuel Gamboa:
El jing y el jang del cante flamenco, representando las dos caras de la expresión jonda.
Así mismo Jerez ha dado buena cuenta de tener la llave sobre todo en los estilos a compás, aportando además primeras figuras en la guitarra y el baile. Su pertenencia a la provincia gaditana, su situación geográfica en el camino de Cádiz a Sevilla, Córdoba y Madrid, sus viñedos internacionales, la pureza de su raza equina, forman un conglomerado que ha servido para que la música flamenca jerezana se encuentre entre las más solicitadas por la afición en las últimas décadas, viviendo una nueva edad de oro, hoy sobre todo desde el barrio de Santiago.