Estas dos provincias orientales han contribuido a enriquecer el repertorio flamenco con estilos muy significativos que suelen ser agrupados bajo el término de Cantes de Levante. Provincias mineras que, junto a Jaén, han aportado un colorido esencial al género y, aunque sus creadores o intérpretes no son siempre oriundos de ellas, la variedad de cantes las sitúan entre las más importantes dentro del mapa del cante flamenco.

Almería es para muchos el epicentro creador de estos cantes tan extraños en su tonalidad y factura melódica, centro creador de la taranta que es a su vez el patrón musical sobre el que se recrean el resto de los estilos nominados mineros. La guitarra también tiene un lugar de honor en Almería, de esa capital andaluza es Antonio Torres, el guitarrero que diseñó la plantilla de la guitarra moderna, la clásica y la flamenca, de almerienses son guitarristas como Julián Arcas o Tomatito.

La contribución de la provincia murciana al flamenco con el abundante repertorio llamado minero es enorme, tarantas, tarantos, cartageneras, mineras, murcianas o levanticas. El festival de cante que todos los años se celebra en la capital minera de la región murciana, La Unión, da buena cuenta de que ese repertorio está totalmente vivo y que cada día tiene mejores intérpretes y una afición que los sigue con pasión, logrando situar los estilos mineros en la vanguardia de la expresión flamenca.

Ya lo hiciera desde los primeros años del género el gran jerezano Antonio Chacón con su inolvidable cartagenera, y otros muchos intérpretes que han querido incluir en su repertorio los cantes mineros. Así lo hizo el otro jerezano ilustre de la época dorada del flamenco, Manuel Torres, con la grabación del taranto, dando paso a estas tonalidades exóticas y sugerentes al universo armónico y melódico del flamenco contemporáneo.