El flamenco, además de ser el género musical español más reconocido en el mundo, también es el que más pasiones despierta entre los aficionados patrios. Siempre hay un motivo entre los flamencos para discutir sobre este o aquel extremo.

Venimos defendiendo en los últimos años que los estilos del flamenco, llamados popularmente palos, son casi todos música aflamencada. ¿Flamenco aflamencado? Valga la redundancia. Esto es, en el flamenco estilos genuinamente flamencos hay muy pocos, la gran mayoría son canciones del folclore hispano (andaluz, español o hispanoamericano) que fueron adaptados a la estética musical del flamenco por determinados artistas inoculándole la sabia jonda adecuada para entrar a formar parte del “selecto grupo” de los palos flamencos.

Ya explicamos en el Tema 1 que el género flamenco está formado por estilos de los que se desprenden múltiples variantes de cada uno de ellos. Queremos insistir en esta cuestión para que la entendamos bien. La soleá es un estilo y la soleá de El Fillo es una variante de ese estilo. Y no queda ahí la cosa, ya que además hay que nombrar también las diferentes versiones de las distintas variantes de un estilo de soleá que realizan los intérpretes. Es decir, no es igual una soleá de La Serneta cuando la canta Chacón, que si el que la interpreta es el Niño de Cabra. Eso es el flamenco, un tesoro musical único  compuesto de un repertorio riquísimo forjado a partir de esencias de cultura hispana y particularmente andaluza.Esto lo aprecian en el mundo entero miles de aficionados. Curiosamente en España son millones quienes no lo ven, o no quieren verlo, sobre todo entre los colegas musicólogos especializados en los diversos tipos de música académica, incluso entre etnomusicólogos que estudian la música de tradición oral. Algo que habrá que estudiar: ¿Por qué un género musical tan español como el flamenco donde menos gusta es en España? Tenemos respuesta a esa cuestión pero este es el lugar para meterse en un jardín de este tamaño. Quedémonos con que el flamenco es la música española más admirada en el mundo entero y que los artistas de cante, toque y baile llenan los mejores teatros del mundo desde que prácticamente nació el género mediado el siglo XIX.

Y decimos que el flamenco es música aflamencada porque los estilos (palos) se caracterizan por estructurar su música a partir de diversos elementos que podemos reducir, como ya hemos visto en el tema anterior, a tres parámetros principales: el compás, el modo armónico en el que los cantes y bailes se acompañan a la guitarra, y el tempo, la velocidad de ejecución de cada uno de ellos.

En el flamenco los diferentes estilos se ejecutan sobre tres especies de compásEn realidad son cuatro si incluimos los estilos que no usan métrica alguna, que se hacen ad libitum, lo que los flamencos llaman estilos libres, malagueñas, granaínas, tarantas, fandangos naturales, entre otros., los hay en compás binario, en compás ternario, y los hay, los más genuinos por cierto, que se hacen sobre una amalgama de un compás binario y un ternario, obteniendo métricas de doce tiempos.6/8+3/4 o bien 3/4+6/8. Muy presentes en la música histórica española, por ejemplo en zarabandas y jácaras. Aunque escritos en 3/4 o en 6/8, la práctica de la hemiolia muy común en el barroco proporciona ese desdoblamiento métrico. En estilos tan antiguos como el Punto de la Habana y las Peteneras, ambos de origen americano, esa métrica es la característica, no en vano en algunos tratados la suma de un binario de subdivisión ternaria y un ternario de subdivisión binaria se denomina compás de peteneras.

En cuanto a la armonía los estilos del  flamenco se acompañan (y cantan) en modo mayor, en modo menor y, el modo más genuino, aquel que desarrollaron los guitarristas flamencos para acompañar sus melodías en el modo de mi, que aquí preferimos llamar simplemente modo flamenco.Tradicionalmente los estudiosos llaman a este modo frigio, no siendo tal ya que hablamos de un modo armónico mientras el frigio es un modo melódico. Algunos lo llaman incluso frigio-mayorizado. Lo que sí podríamos considerar que está en modo frigio son algunas melodías, pero nunca un modo armónico que tiene en la tónica un sol#, sensible de la menor. Creemos que el modo flamenco no es más que la natural evolución del modo menor que, a finales del siglo XVIII, convirtió la dominante del menor en tónica de un nuevo sistema armónico. La llamada cadencia andaluza, semicadencia o cadencia frigia, esa sí (lam-SolM-FaM-MiM) es el eslabón intermedio entre el menor y el modo flamenco que cristalizó en zorongos, polos, cañas y finalmente en soleares y seguiriyas.

Y el tercer parámetro, el tempo, ya que hay estilos que se ejecutan lentos (adagio), otros más rápidos (andante), y los estilos rápidos (allegro).