Me refiero a todo esto ya que los estilos del flamenco que son considerados más jondos, son aquellos cuya música tiene un contenido, estéticamente hablando, de elementos genuinamente flamencos. Esto es, un estilo lento, en modo flamenco y sobre un compás de doce tiempos, se percibe al oído como más auténtico (las soleares por ejemplo), que otro que se ejecuta en modo mayor, en compás binario y rápido (algunas rumbas por ejemplo).

Dependiendo entonces del mayor o menor contenido en esencias jondas, llamémoslas así, un estilo se considera más flamenco que otro.En este sentido hay que decir que jondos son los intérpretes no los estilos en sí. Un/a cantaor/a puede cantar una rumba imprimiendo a su versión un grado alto de jondura, y otro/a puede cantar por seguiriyas sin carácter flamenco de ningún tipo. Comento todo esto para que entendamos a qué me refiero con el título de esta breve reflexión: cantes que fueron canciones.

Dicho esto, entendemos que hay estilos que son genuinamente flamencos, que no tienen su correspondiente en la música tradicional, es decir, que solo existen en el flamenco, mientras otros, la mayoría, son estilos “aflamencados”. Como hemos apuntado antes, se trata de canciones populares a las que se les han inoculado materia jonda, a fin de integrarse en un género que, mediado el siglo XIX comenzó a gozar del favor del público y profesionalizó su práctica, lo que marcó la diferencia entre un género popular y otro artístico, el flamenco.

Fue en los llamados cafés cantante donde se reunían los cantaores, tocaores y bailaores para ejecutar sus cantes, toques y bailes confeccionados bajo una estética musical característica basada en los elementos antes comentados, ejecutados de una forma genuína, única, una suerte de grito de indigenismo andaluz proclamando a los cuatro vientos, fruto de la singularidad de una cultura mestiza y con vocación universal. Insisto, a partir de la tradición musical andaluza se forjó un género que pasó de ser folclore a ser un género artístico.El flamenco es más música artística que popular. Muchos creen, erróneamente, que es el folclore de Andalucía. No. El flamenco es la reinterpretación artística de la música tradicional andaluza, que no es lo mismo que su folclore musical. Andalucía tiene su folclore, los verdiales de Málaga, los tangos del carnaval de Cádiz, los fandangos de Huelva, pero el flamenco es cosa de artistas, profesionales o no; gente con especiales condiciones para cantar, tocar y bailar, hasta el punto de que hay personas dispuestas a pagar por escucharlos y verlos bailar. Otra cosa son, como veremos, las versiones flamencas (aflamencadas) de verdiales, fandangos Huelva o tangos de carnaval que han hecho determinados artistas flamencos.

Si ponemos en balanza los diferentes palos del flamenco  en relación a su contenido jondo llegamos a la conclusión de que, excepto unos pocos estilos, el resto, la gran mayoría, vivieron un proceso de aflamencamiento que los transformó, pasando de ser canciones populares a ser cantes flamencos, un proceso que duró menos de lo que en principio podamos creer, todo ocurrió durante unos pocos años, y por mor de un puñado de artistas inteligentes.Decía Antonio Machado Demófilo en referencia a la copla: Llámanse así también por los cantadores de coplas de cuatro versos octosílabos asonantados el segundo y el cuarto, cuando se acompañan con la música conocida por los inteligentes con el nombre de soleares. Y ¿Cuáles son esos estilos puramente jondos?

En verdad, la flamencología ha discutido, y sigue discutiendo, acerca de qué estilos son los más hauténticos y cuáles menos. En relación a lo apuntado arriba acerca de la estética musical diremos que solo las seguiriyas y las soleares reúnen las premisas musicales para que los consideremos puramente jondos, es decir, se hacen generalmente con un tempo lento, sobre un compás de doce tiempos y se acompañan en el modo flamenco.Además, diremos que los estilos flamencos tienen un elemento común a todo el género que es la especial forma de emitir la voz y las escalas sobre las que se ejecutan los cantes. Usan lo que Manuel de Falla llamó el enarmonismo como medio modulante* la especial forma de cantar que tienen los flamencos cuyas melodías, para entendernos, no caben en un pentagrama ya que no usan escalas temperadas. Una forma de cantar con aroma oriental que logró fundirse (una alquimia sorprendente), con la guitarra temperada por los trastes que dividen la octava en semitonos. Ese es el milagro del flamenco, la perfecta fusión entre oriente y occidente, una música que tiene validez general en el sentido que apunta Peter Gradewitz*** en El cante jondo. Cante primitivo andaluz, folleto publicado por el compositor gaditano con motivo del Concurso de Cante Jondo de 1922 en Granada.** en Musik zwieschen Orient und Okzident, Hamburg, 1977: Músicas que tienes validez general, Mozart, el Jazz, Verdi, el Flamenco… Por su parte las tonás y romances, aunque se interpretan a palo secoSin acompañamiento de guitarra. Expresión propia de los barcos que navegan sin vela, a palo seco. y muchas de sus variantes están en modo mayor, contienen esencias melódicas que podemos considerar básicas en el cante, hasta el punto de que muchos los consideran la fuente de la melodía jonda. Pero sin duda es en las soleares y las seguiriyas donde se miraron todos los estilos del folclore musical andaluz que quisieron dar el paso definitivo para convertirse en flamencos,No en vano no existen seguiriyas y soleares en el folclores, solamente en el flamenco encontramos esos estilos. Quiere decir que todas las canciones que se hicieron cantes se arrimaron a la estética de soleares y seguidillas para aflaencar su acento. muchos de ellos sin camino de retorno, ya que nunca más se hicieron en su versión folclórica.No son pocos los que piensan, y con razón, que el flamenco ha anulado buena parte del folclore andaluz que acabado aflamencando su acento y se ha dejado de practicar en su forma original.