En su origen el fandango fue un baile que comenzó a popularizarse en Andalucía a partir del siglo 18, y estará presente en fiestas, en las tonadillas de los teatros y numerosas ediciones musicales, principalmente de guitarra. Ese fandango difería bastante del que hoy conocemos. Aquel, conocido desde 1700, era instrumental y bailable y en modo menor con clara tendencia al modo flamenco (como uno de sus antecedentes, las jácaras), y el que hoy llamamos fandango, sea de Huelva, Malagueña o Taranta, comenzó a cristalizar a finales del XVIII, es cantable y se interpreta en modo mayor (con los interludios de la guitarra ya en el modo flamenco, herencia del fandango antiguo).
La desinencia ‘ngo’ se cree de origen africano o más bien, al igual que el tango y rumba, de origen afroamericano. Sin embargo existen variadas teorías sobre el origen del fandango, aquellas que le atribuyen procedencia morisca, aragonesa, romana, fronteriza, portuguesa, descendiente de la jota, entre otras.
El fandango andaluz tiene elementos musicales que lo definen y caracterizan. Uno es formal, ya que todos los fandangos se estructuran en la alternancia de letras cantadas y variaciones de guitarra. Otro corresponde rueda de acordes con que se acompaña el cantable, con las variantes propias de una música de tradición oral y en particular del flamenco.
Generalmente conocemos dos tipos principales de fandangos, los locales y personales, aunque también son fandangos las malagueñas, las granaínas y los cantes de Levante y mineros. Todos ellos se realizan sobre el armazón armónico del fandango andaluz, por eso los incluimos también en este gran complejo genérico (ver Tema 9).
Para diferenciarlos entre sí hay que prestar atención al compás (Huelva o Verdial- abandolao) o la tonalidad (malagueña, granaína, taranta y demás estilos levantino- mineros).
Las Malagueñas y derivados son estilos muy líricos cuya cabal recreación necesita, además de inspiración, maestría canora, o sea cantar por derecho, así como las rondeñas (¿cantos de rondar?),
Enseguida surge un tipo de malagueña sin un compás fijo,
Así mismo forman parte del inmenso repertorio de fandangos otros estilos malagueños como la jabera, los verdiales, los fandangos locales y, sobre todo, la inmensidad de variantes de fandangos personales, que nos sitúan ante el complejo genérico que un mayor número de variantes proporciona al género flamenco.