Mucho se ha especulado sobre el origen de estas cantiñas que en realidad, como ocurre en los caracoles, se trata de una suerte de popurrí de diversos cantables reunidos, entre otros, por el gran cantaor jerezano Antonio Chacón a modo de ‘suite’ de cantiñas. Se han denominado también alegrías largas debido a la extensión de sus tercios, poco común en cantiñas. El origen de la denominación de Mirabrás, como ocurre con otros estilos flamencos, resulta poco claro. Algunos estudiosos apuntan que se trata de una contracción de Mira Blas, otros dicen que es una palabra sin un significado concreto y que se refiere a la tonada con la que se interpreta este cante. Sin embargo, una referencia de 1794 que encontramos en el repertorio tonadillero del siglo XVIII nos muestra la etimología de la palabra, milabrás que labrando vas. La encontramos en la Biblioteca Municipal de Madrid en un cantable de una de las más de dos mil tonadillas que allí se guardan en el que se nombra el mirabrás, que por cierto también es el estilo en el que Matrona canta el Arandito. Remessí: La gitana pobre y el majo enamorado (1ª parte), Tonadilla a dúo, 1794:
“A un gran trabajo está expuesta toda mujer que no jama, porque la necesidad muy mala tiene la cara Que ay milabrás y ay mi labrás y ay milabrás labrás que labrando vas. El hombre que vuelve a casa y se vuelve sin dineros a su mujer temer debe más que a una espada de fuego. Que ay milabrás…“
Otra de las más antiguas cantiñas es la del Arandito, y al parecer entre arando y labrando puede estar el origen de la denominación. Casi un siglo después de que el italiano naturalizado español Remessi incluyera esta canción en su tonadilla a dúo, se empezaron configurar buena parte de los cantables flamencos que denominamos cantiñas.
Al igual que las romeras al hablar de mirabrás aparece de nuevo el nombre de Tío José el Granaíno, así como el de Romero El Tito. Parece que las primeras melodías integradas en el mirabrás fueron cultivadas en los cafés cantante en el último tercio del siglo 20 hasta que Chacón las ordenó configurando un estilo de una enorme calidad flamenca, y muy maleable en el orden de los cantables que lo integran.
También se apunta a la familia de los Bochoque como los cultivadores primeros de estas cantiñas de mirabrás. Debido a que los intérpretes han sido en la primera época mayoritariamente sanluqueños se cree que el mirabrás puede ser originario de Sanlúcar de Barrameda, conociéndose este cante también como cantiñas sanluqueñas.
Puede ser que la música la hiciese El Granaíno a partir de una cantiña llamada El Almorano, recogida por Demófilo y transmitida a este por Romero el Tito. Del Granaíno se ha dicho que era de Sanlúcar, aunque también se apunta Chiclana como su patria chica. Gaditano al fin y al cabo también cultivó los caracoles y el canto alegre, que sepamos desde 1866.
Mirabrás 1: Como ocurre con gran parte de los géneros flamencos fue, como decimos, Antonio Chacón quien le otorga una identidad definitiva, comenzándolo a cantar a partir del año 1912, durante su estancia en Madrid, y rescatándolo así del olvido. Es la melodía principal del mirabrás, con una letra característica de contenido político: A mí qué me importa…
Mirabrás 2: Un segundo cante que se interpreta, no siempre, en el mirabrás, tiene una modulación al modo flamenco que enseguida regresa al mayor, cante que se corresponde con las antiguas romeras como escucharemos más adelante, y similar modulación se aprecia también en los caracoles: Alta la cabeza…
La letra que hace Matrona la grabó Ramón Medrano como caracoles primitivos. Como se ve las cantiñas se interaccionan entre sí como las soleares, a través de giros melódicos y armónicos característicos que pasan de unas a otras amoldándose a un determinado estilo
Torrijos: Este cante podría tener su antecedente en un cantiña añeja del repertorio, la conocida como cantiña de Torrijos, cuya melodía tiene una fuerte ligazón con este mirabrás, aunque también se suele emparentar con las romeras. Sin embargo, este cante lo podemos adivinar en un modelo de romera.
Pregón: La última sección de este popurrí de cantiñas que es el mirabrás es el pregón: Venga usted a mi puesto hermosa… Fue probablemente Chacón quien le añadió a la letra clásica del mirabrás el pregón de la frutera o la verdulera, inspirado en el incluido en la zarzuela de Mariano Soriano Fuertes El Tío Caniyitas estrenada en Sevilla en 1849 y durante medio siglo en los escenarios españoles y americanos cosechando éxitos. El pregón tiene una gran belleza y denota su procedencia teatral.
Otros cantes emparentados con el mirarás ya que comparten con este diferentes inflexiones melódicas que podemos considerar como propias del estilo son el Torrijos, la contrabandista, que también veremos en la lección de las romeras ya que, como veremos, comparte con ese estilo similares inflexiones.
Torrijos
Este cante podría tener su antecedente en un cantiña añeja del repertorio, la conocida como cantiña de Torrijos, cuya melodía tiene una fuerte ligazón con este mirabrás, aunque también se suele emparentar con las romeras. Sin embargo, este cante lo podemos adivinar en un modelo de romera.
La mañanita de San Juan
Otra variante que se suele integrar en los popurrís de cante por mirabrás es esta cantiña que cultivaron Rafael Romero o El Chaqueta, y que tanto nos recuerdan a la canción renacentista del mismo título compuesta por Diego Pisador.
La contrabandista: Entre los cantes más apreciados del repertorio está la llamada cantiña de La contrabandista, cante que seguramente se encuentra entre los más antiguos del repertorio flamenco. Tiene un fuerte aroma a mirabrás.
El baile
Antonio Gades incluyó en su repertorio el mirabrás adaptando los pasos de las alegrías a un estilo de tercios más largos que le permitían coreografiar nuevas propuestas. No existe un baile específico del mirabrás, todos los pasos provienen de las alegrías, sin embargo la extensión de los tercios, como decimos, permite al bailaor extenderse más en la coreografía. Así lo hizo la maestra de Gades Pilar López con los caracoles. A Antonio le canta El Lebrijano, y a Manuela Vargas, que también lo cultivó con maestría, le canta Chano Lobato.