Llamamos caracoles a un modelo de cantiña conformada por varios cantables que, a modo de popurrí, fueron ordenados por Antonio Chacón.La denominación de caracoles procede del estribillo con el que se concluye el cante, un pregón de caracolera que vendía el género por las calles gaditanas y cantaba ese estribillo que después se integraría en el repertorio de Antonio Chacón, quien marcó la forma definitiva de estos cantes. Tenemos noticia de ellos desde 1866 y presumiblemente ese pregón estaba desde los primeros tiempos en que se cantó ese estilo, ya con el pregón de los caracoles.La tradición y los estudiosos señalan a Tío José El Granaíno como el creador primero de este cante y quien los lleva a los cafés cantante.
Se suele apuntar como antecedente un baile de la escuela moderna de palillos conocido como caracoles clásicos. El Granaíno los hizo como cantiña para bailar, y más tarde los amoldó a su estilo otro cantiñero de pro, Paco El Sevillano, Francisco Hidalgo, también apodado Paco el Gandul, quien los interpretaba con un aire vivo, hasta que Chacón los configuró definitivamente como estilo flamenco para cantar como hoy los conocemos.
Ramón Medrano grabó como Caracoles un cante muy emparentado con las romeras. Podría tratarse de los caracoles primitivos, los que cantara otro gaditano apodado Romero El Tito o El Artillero y que menciona Fernando Quiñones en la semblanza que realizó sobre el cantaor gaditano en su De Cádiz y sus cantes.La melodía coincide bastante con la que Antonio Chacón toma para el primer cante de su popurrí a modo de pórtico.
Chacón grabó dos veces los caracoles, una con la guitarra de Ramón Montoya y otra con la de Perico el del Lunar, y han quedado como modelo de este cante para el resto de intérpretes. Muchos cantaores los llevan en su repertorio como cante de lucimiento ya que precisa condiciones muy especiales debido al extenso ámbito que abarca la melodía y la ornamentación que atesora. Destacamos por sus personales versiones a Naranjito de Triana y a Chano Lobato.
El cante lo comienza Chacón con una melodía con aromas de romera y una letra que ya se conocía como juguetillo de Alegrías (Pastora): Santa Cruz de Mudela, cómo reluce, cuando suben y bajan los andaluces. Chacón, durante su estancia en Madrid sustituyó el primer verso por el de La gran calle de Alcalá, en homenaje al público madrileño que le adoraba y, como decimos, cambiándole la melodía sustituyéndola por otra con acentos de romera.
Otra de las secciones atribuidas al Granaíno es la que sigue, una escena torera que bien puede ser de la época en la que el cantaor se dedicaba al toreo y nombrando a algunos de los protagonistas de la fiesta en el siglo XIX: Curro Cúchares, El Tato y Juan León, todos reunidos en el Café de La Unión. En este cantable destaca por la modulación al modal que escucharemos de nuevo en el pregón.
El cante continúa con el pregón, una letra adaptada de un pregón que aparece en la zarzuela de Soriano Fuertes Jeroma la castañera estrenada en 1843 en el Teatro del Príncipe de Madrid.
Aunque vendo castañas asás
aguantando la lluvia y el frío
con mi moño y medias calás
soy la reina para mi querío
Regordonas, que se acaban
sin moneas se darán
ca rumbosa no me ganan
los usías de gabán
Letra que se adaptó a los caracoles y que aparece como una de las secciones más brillantes desde el punto de vista del cante, para rematar finalmente con el estribillo a modo de pregón, precisamente el que da nombre al estilo.
Esquema formal de los caracoles
En el siguiente video hemos indicado la forma musical de esta suerte de popurrí de cantes que son los caracoles flamencos.