La tradición de cantar al alba el día de la boda es práctica muy común a los ritos nupciales en toda España e Hispanoamérica. Estos cantos son conocidos como alboradas y en Galicia forman un corpus de canciones muy rico. Lo gitanos andaluces la practican en sus bodas y algunas de las más populares tonadas de ese repertorio han pasado al de los cantaores, dando lugar a la Alboreá como estilo flamenco basado como decimos en las canciones que realizan los gitanos andaluces en sus ceremonias de boda. Durante mucho tiempo fue considerada por los gitanos como patrimonio cultural exclusivo de su raza y no debeía ser interpretada fuera del contexto de la boda ya que supondría una irreverencia ante una expresión íntima de la raza calé.
La denominación procede de alborada, por el momento en que se desarrolla la ceremonia, al alba. Tenemos noticias desde 1855, citadas en la novela histórica Juan de Padilla.Estilo flamenco basado en las canciones que realizan los gitanos andaluces en sus ceremonias de boda. La denominación procede de alborada, por el momento en que se desarrolla la ceremonia, al alba
Es a partir de las primeras décadas del siglo XX cuando algunas zambras de gitanos de Granada ponen en escena sus rituales de boda, propagando así la difusión de algunas tonadas de alboreá que poco a poco fueron adaptando los cantaores flamencos a su repertorio.
Durante mucho tiempo fue considerada por los gitanos como patrimonio cultural exclusivo de su raza y no debía ser interpretada fuera del contexto de la boda ya que supondría una irreverencia ante una expresión íntima de la raza calé. Es a partir de las primeras décadas del siglo XX cuando algunas zambras de gitanos de Granada ponen en escena sus rituales de boda, propagando así la difusión de algunas tonadas de alboreá que poco a poco fueron adaptando algunos cantaores flamencos a su repertorio.
Está considerada como una de las fuentes del cante, al parecer algunos giros romanceados de las alboreás se encuentran en el nacimiento del género flamenco.
Entre las diferentes variantes de Andalucía oriental destacan las de, Jaén, Granada, Málaga, Córdoba y las de ciertas comarcas extremeñas. Entre las de Andalucía occidental diferenciamos las de Cádiz y Los Puertos (con carácter de soleá bailable romanceada), de las de Jerez, Lebrija y Utrera (soleá por bulerías romanceadas) y las de Écija (llamadas bulerías de estuche).
En Granada, la alboreá integra, junto a la cachucha y la mosca, los bailes miméticos que simbolizan los tres momentos de la boda gitana, ritual que se conoce con el nombre de zambra granadina. La melodía es mas silábica que melismática, conservando el aroma folclórico primigenio.
Fue Rafael Romero ‘El Gallina’ quien grabó estos cantes integrándolos a partir de entonces a los estilos flamencos. Una de las alboreás mas señeras del repertorio las grabó un cantaor no gitano de Cádiz, Pericón, en la que se aprecia el predominio de la melodía melismática. En esta grabación nos brinda una tanda con algunas de las melodías más representativas del estilo
La alboreá se acompaña preferentemente con guitarra y palmas, y suelen ser bailes cantados donde predomina lo coreográfico sobre el canto, resultando un baile sencillo sin taconeo, con pasos cortos.
Se suele interpretar al compás de soleá ligera o soleá por bulerías así como por jaleos e incluso por tangos. Aunque en ellas impera sobre todo el modo flamenco, suelen alternarse en los cantables con el mayor. La copla es por lo general de cuatro versos heptasílabos y un estribillo de tres versos a modo de crónica cantada de la noche de bodas, aunque también se utilizan seguidillas de cuatro versos o cuartetas octosílabas.
Algunas melodías de alboreá se ha hecho muy populares, apareciendo en diferentes espectáculos y en las propias bodas de los flamencos. Antonio Gades incluyó alboreás en su obra Bodas de Sangre de 1974.