Aunque al parecer debe su nombre, según José Blas Vega, a la toná original de Blas Barea, y de ahí, por el apócope andaluz que elimina la ese final, el actual “de Bla”.
Hasta que lo grabó Tomás Pavón se decía que la debla se había perdido. Vino a continuación una polémica que ha pasado a la historia, pues algunos patriarcas gitanos negaron que ese cante fuera la tal debla. Todos los que la interpretan hoy, con distinto grado de acierto, siguen el modelo único de Tomás. Para identificar la debla suele bastarle al neófito con recurrir a la letra con que la grabó Tomás Pavón:
En el barrio de Triana,
ya no hay pluma ni tintero,
pa yo escribirle a mi mare
que hace tres años que no la veo.
Estamos ante un estilo que abunda en alardes pulmonares y, algunas veces, abuso de potencia fonadora.