Todo apunta a que la Capital gaditana, principal puerto de destino del intercambio americano, fue donde se asentaron primero los tangos. Enseguida pasaron a Sevilla y Málaga, en forma de tanguillos, seguramente por dos vías principales, las compañías teatrales que los incluían en sus obras de carácter gitanesco y por otra las agrupaciones de Carnaval que ya desde los años ochenta del XIX hacía furor, sobre todo en la capital sevillana.
Hoy por hoy el tango flamenco figura entre los principales estilos del género y goza de los gustos de artistas y público no existiendo fiesta que se precie donde no se interpreten un buen número de variantes por tangos.
Uno de los elementos que nos obligan a emparentar el tango americano, y uno de sus “hijos” más prolíficos, el son cubano, es el remate de los tangos flamencos que se hace precisamente sobre la clave del son cubano:
En el plano armónico la mayoría de los tangos flamencos, y por ende los tientos (tanguillos lentos), siguen el modo flamenco, aunque hay variantes, sobre todo en Triana o en Granada, que pasan por los modos mayor o menor.
Y por su parte, las estrofas de los tangos no son otra cosa que soleares de cuatro versos, aunque la versatilidad del estilo acepta todo tipo de letras, como ocurre con las bulerías.
Debemos la traducción del melos flamenco al compás del tango gaditano seguramente al gran compositor de los cantes oriundos de la Tacita de Plata, Enrique el Mellizo. Tangos con fuerte aroma gaditano son lo que cultivó el gran Antonio El Chaqueta. Y otro gran tanguero gaditano fue el inefable Pericón de Cádiz, maestro de maestros y heredero de la mejor estirpe flamenca de la capital. Y por tangos fue grande también La Perla de Cádiz.
De Sevilla con parada y fonda en el barrio de Triana, fue gran cantaora de tangos, como hemos apuntado, Pastora Pavón, y también lo fue Manuel Vallejo, pero una variante que en las últimas décadas ha tenido gran aceptación son los atribuido a El Titi de Triana, tangos con cierto aroma malagueño, por el tono menor en el que se realizan.
En Málaga, otro de los principales puertos andaluces, pronto surgieron versiones flamencas de los tangos, aunque algunos estudiosos piensan que en realidad los tangos que allí se cultivan son mayormente derivaciones de los granadinos, o aires de guajiras en son de tangos. Se conocen variantes de El Piyayo, La Pirula y La Repompa. El llamado tango del Perchel puede estar en el origen de este repertorio. El modelo aguajirado de El Piyayo ha sido el que más popularidad ha adquirido.
Granada es capital en los tangos flamencos. Las adaptaciones que se hicieron de los tangos morunos de las zambras fueron el caldo de cultivo para una variedad de tangos que no tiene parangón en la geografía flamenca, como por ejemplo los del Camino.
También en Jaén se hacen un tipo de tangos que pertenecen al repertorio de La Carlotica, madre de Gabriel Moreno. Son tangos muy bellos con una melodía muy original y pegadiza.
Otra potencia por tangos es Extremadura y, en concreto, la gitanería de Badajoz. Porrina de Badajoz, La Marelu, Juan Cantero, Ramón El Portugués o trajeron a Madrid esas tonadas por tangos arraigando en la capital y pasando al repertorio de los tablaos. Camarón cultivó estos modelos durante su primera época.