Contenido del curso
TEMA 1. Introducción a la Geografía del Flamenco
El flamenco, como género musical originario de Andalucía, podemos conocerlo a partir de los diferentes territorios donde fueron creados los diferentes estilos o bien según la procedencia de sus principales creadores e intérpretes.
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TEMA 2. Cádiz y su provincia
El tema de la geografía del flamenco plantea un problema importante cuando queremos adentrarnos en los orígenes de la música jonda, en la paternidad de los estilos, en la mayor o menor importancia de un determinado acontecimiento histórico, en determinar cuál es realmente la cuna de un género musical y bailable de tanta importancia para el mundo del arte en el mundo.
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TEMA 3. Sevilla y su provincia
Sevilla, y la provincia sevillana, juegan un papel principalísimo en la historia del flamenco. En la capital se forjó el flamenco profesional, fue allí donde comenzaron a presentarse las formas flamencas en modo artístico, para el público. Los bailes y el cantar alante.
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TEMA 4. Málaga y su provincia
Málaga es La Bella pero también es, como la bautizó Manuel Machado, La cantaora, y por algo será esta denominación. O como dijera Salvador Rueda: … cantas como ninguna ciudad del mundo. La provincia Malagueña y la capital han dado históricamente muestras más que de sobra para que la consideremos crucial en el origen y desarrollo del género flamenco. La contribución de esta provincia, de los cantaores, tocaores y bailaores malagueños, al repertorio del flamenco es abundante en cantidad y en la calidad de sus aportaciones. No solo en el cante por malagueñas, donde sin duda se lleva la palma, sino también en otro muchos derivados del fandango cantable andaluz, en los tangos e incluso en las bulerías y cantiñas.
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TEMA 5. Granada y su provincia
Provincia emblemática en el cante, toque y baile flamencos es Granada. Para Manuel de Falla era la cuna del canto primitivo andaluz que dio vida al cante jondo y en consecuencia al flamenco. Aunque no hay pruebas de que esto haya sido así, no hay duda de la importancia de Granada y su repertorio, de sus lugares y sus gentes en la elaboración de una porción importante de variantes de diferentes estilos de cante, patria chica de renombrados cantaores, maestros guitarristas y de bailaores y bailaoras de postín.
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TEMA 6. Córdoba y su provincia
Córdoba, la llana, la del romancero, ciudad califal, capital del mundo en la Edad Media, sede de la más alta cultura oriental en el extremo occidental de la tierra conocida, vergel y paraíso bañado por un Guadalquivir serpenteante, ciudad mestiza que ha logrado una cultura propia reflejo de aquel espejo en el que se miraron las grandes capitales de la cultura medieval. Su situación geográfica le propició tener un papel primordial en la historia del flamenco, estando, desde los primeros años del género, mediado el siglo 19, en el ojo del huracán de la música jonda. Paso obligado entre dos territorios fundamentales en el género como son la Andalucía meridional que forman las provincias de Sevilla y Cádiz y la corte madrileña, que tanta importancia tuvo en la historia y desarrollo del flamenco.
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TEMA 7. Huelva y su provincia
Huelva, en el extremo occidental de Andalucía, con frontera nada menos que, al este con Cádiz (Doñana), al noreste con Sevilla, al norte con Badajoz y al oeste con Portugal, parece una isla en cuanto al flamenco se refiere. Su principal aportación al repertorio flamenco, como por otra parte ocurre con las provincias orientales de Málaga, Córdoba, Granada, Jaén y Almería, son fandangos. Eso sí, en variantes de fandangos no hay quien supere a la provincia de Huelva, en cantidad y calidad, y en ellos centraremos nuestra atención en este séptimo Tema del curso Geografía del Flamenco.
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TEMA 8. Jaén y su provincia
La geografía del flamenco ha venido marcando los territorios del arte jondo con mayor o menor acierto a la hora de encuadrar las comarcas cantaoras.
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TEMA 10. Otros territorios flamencos
Concluimos este curso de Geografía del Flamenco con un tema dedicado a aquellos territorios que no se encuentran en Andalucía aunque han contribuido al repertorio con estilos de relevancia o bien los artistas de esas tierras han destacado en la evolución del género.
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GEOGRAFÍA DEL FLAMENCO
Acerca de las clases

La tercera provincia en los territorios del flamenco es Málaga, comarca flamenca de primerísimo orden y fuente de algunos de algunos de los estilos más representativos del género. Con Ronda, Álora o Vélez-Málaga como focos de acción más destacados, y por supuesto la capital.

Si Málaga es tradicionalmente conocida como la cantaora (y la bella), su contribución al género flamenco es fundamental para entender el desarrollo de importantes estilos de cante. Desde la malagueña a los tangos Málaga ha dejado su impronta en cada uno de los estilos con los que ha enriquecido el repertorio, ganándose un lugar muy destacado en el repertorio del cante flamenco.

El lugar geográfico estratégico también ha contribuido a ese protagonismo que ha tenido y tiene en la forja y desarrollo del flamenco.

El fandango de Málaga, en sus múltiples variantes locales, proporcionó al cante formas y maneras de interpretar a lo flamenco renovando la tradición. Acercando el canto y el acompañamiento bailable a la estética musical de la seguiriya y la soleá, el fandango malagueño se fue tiñendo de flamencura hasta que cantaores de enorme talla artística, Mellizos, Canarios, Brevas, Trinis y Chacones, lograron forjar estilos de trascendental importancia para el género flamenco.

Malagueñas, rondeñas, verdiales flamencos, y bandolás en general, la jabera y los jabegotes, estilos de fandango malagueño que se transformaron, por mor del éxito de cañas, soleares, seguiriyas y cantiñas, en cante flamenco de gran calibre. El acompañamiento de guitarra detuvo el compás para adecuarse a la manera flamenca y permitir al cante la libertad adecuada para crear melodías que han sido modelo del auténtico jipío con sentimiento.

Todo apunta a que el primer estilo en clave flamenca fue la rondeñaConfesamos nuestras dudas en cuanto a si es cante de Ronda o de rondar.. La figura de Juan Breva, nacido en los cuarenta del siglo XIX, parece que es crucial en el proceso de transformación del fandango malagueño a la malagueñas a través de los estilos denominados bandolás. También es crucial el papel que desempeñó El Mellizo de Cádiz que creó un cante que contenía buena parte de los elementos que configuraban la malagueña moderna, la propiamente flamenca. Por su parte El Canario de Álora y La Trini aportaron en su cante el sabor adecuado a las nuevas corrientes. También fue el gaditano Fosforito un malagueñero de gran talla. Pero hay un gigante de este repertorio que se alza sobre los demás, el jerezano Antonio Chacón, compositor de modelos por malagueñas que trascendieron a su tiempo y se consolidaron como las variantes de malagueña preferidas por la afición, por su diseño vistoso y virtuoso, con esos melismas de caramelo que trascienden el tiempo. Vemos pues, cómo el mundo de la malagueña está forjado a dos manos, entre el Cádiz flamenco y Málaga la cantaora.

Málaga también ha contribuido al cante flamenco por tangos, el acento malagueño de esos estilos tienen un espíritu propio y característico que contribuye a engrandecer el género. Tangos en la tonalidad menor que artistas como El Piyayo aportaron al cante y que, desde su creación, forman parte del repertorio más flamenco, así como los más flamencos de La Pirula, o las bulerías de La Repompa. También se suele apuntar que Tobalo era rondeño y a él debemos el que seguramente es el estilo más antiguo del repertorio flamenco: el polo nominado de Tobalo, documentado desde los años veinte del siglo XIX.

Granada

Y no es menos importante Granada, con un repertorio de tangos excepcional y las granaínas inspiradas en los fandangos locales de dicha provincia aunque creadas por un cantaor jerezano, Don Antonio Chacón, otro ejemplo de cómo los cantes no tienen por qué estar ligados al territorio sino más bien a los creadores, más allá de su lugar de nacimiento.

Granada es una tierra mítica que alberga una música de enorme belleza que, tras la eclosión del género flamenco, supo adaptar buena parte de su repertorio tradicional, sobre todo por tangos y fandangos, dotados de acento propio y repletos de flamencura. Granada simboliza como ninguna otra capital andaluza el ideal exótico por el que suspiraban los viajeros del siglo XIX que tanto dieron a conocer la singular forma de cantar, tocar y bailar que se practicaba en el sur de la Península Ibérica. La gitana del Sacromonte, romana y mora, fascinaba a los extranjeros con sus bailes.

En las últimas décadas del siglo XIX, y sobre todo ya entrado el siglo XX, los cantes de Granada comenzaron a interpretarse y ganándose el favor de la creciente afición a la música jonda. Las zambras del Sacromonte hacían las delicias de los turistas que suspiraban ante tanto derroche de arte y exótico sabor oriental rescatado en occidente con sus tangos, cachuchas y alboreás. Inspirado probablemente en el fandango del Albaicín, y con aromas a la Vega granadina, Chacón compuso cantes de gran envergadura, con una sutil melodía de ejecución nada sencilla aunque muy inspirada naciendo así la granaína y la media granaína.

Aunque más alejadas del meollo flamenco tanto Granada como Córdoba han aportado un buen número de cantes muy a tener en cuenta.

Córdoba

Tienen mucha importancia también los cantes y cantaores de Córdoba capital y localidades como Lucena, Cabra o Puente Genil, aportando al repertorio cantes de gran belleza y recreados con frecuencia desde siempre por artistas flamencos de toda procedencia.

Por su parte el arte flamenco debe mucho a la afición cordobesa, en sus cafés y teatros recalaron los más importantes cantaores, no en vano fue parada y fonda obligada camino de Cádiz y Sevilla hacia Madrid. Las noticias de una intensa actividad flamenca en Córdoba se remontan a los primeros tiempos del cante profesional. En la capital omeya y su provincia se forjaron además algunos cantes señeros del repertorio flamenco, como esos tres cantes por soleá atribuidos a Onofre o las cantiñas llamadas alegrías de Córdoba.
Lucena, Cabra y Puente Genil han adaptado además sus aires autóctonos por fandangos para hacerse ya parte inseparable del mejor cante flamenco. Su concurso nacional continuó la senda poniendo en valor las mejores voces de la segunda mitad del siglo XX, en especial mencionaremos a Antonio Fernández ‘Fosforito’, protagonista indiscutible de aquella época. También los cantes camperos y la saeta tienen en Córdoba un lugar en el repertorio autóctono reinterpretado a lo flamenco.

Mención aparte merecen además los guitarristas cordobeses que, desde Paco de Lucena hasta Vicente Amigo (esta nacido en un pueblo de Sevilla pero cordobés de adopción), inscriben con letras de oro su nombre en los anales del mejor flamenco de todos los tiempos. Y nombres de bailaores de la talla de Mario Maya, cordobés de nacimiento aunque granadino de adopción. No cabe duda, Córdoba es tierra de artistas.

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