Aunque no suele estar reconocido, como ocurre con otras provincias flamencas como Jaén, Almería juega un importante papel en el desarrollo del arte jondo a pesar de su lejanía geográfica con el meollo creativo del género, Sin embargo al analizar el desarrollo histórico del género nos topamos con Almería desde los primeros años.
El triángulo minero al que nos referimos en el Tema 8 dedicado a Jaén formado por Linares, Almería y La Unión, la Alpujarra almeriense en la vertiente sur de Sierra Nevada con sus trovos, han otorgado un papel sino protagonista sí muy destacado en la historia del flamenco.
Las zonas mineras almeriense, en la Sierra de Gádor y en Sierra Almagrera propiciaron el intercambio de mineros y con ellos de sus fandangos que son el caldo de cultivo del que se valdrán los artistas para ir confeccionando verso a verso los cantes por tarantas y mineras.
También hay que destacar el esplendor de la uva de Ohanes que dio lugar a una industria almeriense que también contribuyó lo suyo en la eclosión de los fandangos autóctonos. Ambas industrias, la minera y la del cultivo y comercialización de esta popular uva de mesa coincide con el nacimiento del género flamenco y la proliferación poco a poco de los cafés cantante, esenciales en la transmisión de la forma artística de los referidos cantables.
Las variantes de fandangos almeriense tradicionales se extienden por localidades muy variadas, así han llegado hasta nosotros variantes populares, cantables y bailables, no flamencas, como el fandango de Cuevas
D. Antonio de Torres revolucionó la construcción de la guitarra sobre todo en el sonido, le colocó en la caja unas barritas llamadas armónicas que cambiaron el sonido que hasta entonces se conocía de la guitarra, y fue ral, que se conoce una anécdota al respecto: cuando este terminó de construir una guitarra se la dio a probar a su “compadre” D. Julián Arcas que al tocarla exclamó ¡qué sonido, ruge como una leona! Desde entonces quedó bautizada la guitarra de D. Antonio de Torres como “La leona”.
D. Julián Arcas, fue el primero en llevar el Flamenco a los conciertos de guitarra, compuso temas como soleares, rondeñas, jaberas, malagueñas, seguirillas, punto cubano, etc… Creó una forma de tocar que sus variaciones las han interpretado todos los guitarristas que vinieron tras él, variaciones que fueron falsetas y acabaron siendo parte inseparable de estilos como soleares, etc.
Y si hablamos de guitarra y de Almería hay que citar, primero a Niño Miguel y a José Fernández Torres, para el arte Tomatito, reconocido en todo el mundo y flamenco hasta la médula, uno de los más sobresalientes sucesores del gran Paco de Lucía y que fue durante muchos años y hasta su muerte el guitarrista del gran Camarón. Con eso está todo dicho.