La geografía del flamenco ha venido marcando los territorios del arte jondo con mayor o menor acierto a la hora de encuadrar las comarcas cantaoras. Como venimos comentando a lo largo de este curso, se suele otorgar a las provincias de Cádiz y Sevilla el protagonismo en la forja del género, ya que los primeros artistas flamencos provienen de algunas localidades concretas de la Baja Andalucía. También Málaga suele aparecer con frecuencia entre las principales provincias flamencas debido al número de estilos y flamencos oriundos de esa región andaluza; no en vano, fue llamada por Manuel Machado la cantaora
El protagonismo de Jaén, y especialmente de Linares, en el nacimiento de los cantes mineros viene siendo en los últimos años, y a partir de los estudios más serios, situado en su justo lugar. La importancia de los cantes de Linares y otras comarcas mineras jienenses queda fuera de toda duda, concluyendo cómo a partir de los cantes linarenses se fueron desarrollando otros muchos estilos mineros. Y es ahí donde la importancia de Jaén en la historia de los estilos flamencos cobra un protagonismo ineludible.
Pero no solo de tarantas vive Jaén; otros cantes, como los estilos de soleá atribuidos al cantaor de Andújar José Yllanda (o Illanda
Algunos estudiosos, además, han emparentado la serrana con Jaén, no pudiéndose demostrar dicho origen al estar documentado este cante desde mediado el siglo XIX en los teatros gaditanos.
Sin embargo, como decimos, donde la importancia de Jaén en el flamenco aparece de forma rotunda es en la ingente nómina de artistas, sobre todo, cantaores y cantaoras, nacidos en ciudades de esta provincia andaluza, como Linares, La Carolina, Andújar, Jaén, Torredelcampo, entre otras, que convierten a Jaén en tierra de excelentes intérpretes y recreadores del mejor repertorio jondo.
En la actividad flamenca en la provincia de Jaén destacan, además del ambiente minero, la nada desdeñable cantidad de cafés cantantes que existían en aquella época dorada del flamenco. La mayoría de los cafés se encontraban en La Carolina y en Linares, en los que el público principal eran los mineros, además de los existentes en Jaén capital y Andújar. En la Carolina destacó El Cortijo Real; en Linares, El Café Minero, El Café Industrial, Café El Fomento, El Oriental, El Salón Regio, El Café de los Merelos, El Café Español, Café La Amistad, Café La Perla, Café El León, entre otros. La actividad profesional propiciada por la existencia de estos cafés contribuyó a la práctica y forja de cantes autóctonos que tendrían después muy especial relevancia en el repertorio jondo, amén de la actividad artística en los teatros.