Antonio Cruz García nació en 1909 en Mairena del Alcor, Sevilla, el mismo año que viniera al mundo otro gigante del cante, Manolo Caracol. Tenía unas facultades fuera de lo común, un eco de voz que se adecuaba a la perfección con las nuevas corrientes historicistas y una capacidad innata para reconstruir cantes que de forma incansable iba recolectando por toda la geografía flamenca.
Su vena creadora y recreadora de repertorio flamenco alcanzó cotas hasta entonces insospechadas, poniendo nombre a los cantes, otorgando el mérito de haberlos creado a este o aquel cantaor, casi siempre de etnia gitana, ordenándolos y proponiendo una genealogía de los cantes que se tradujo en una explosión de investigadores que, generalmente, remaban en una misma dirección, aquella que marcaba el maestro. Hoy, las ideas del genial cantaor de los Alcores han cuajado de tal modo que se han convertido en verdades absolutas que pocos se atreven a discutir.
Toda religión necesita su profeta y a Antonio Mairena le cayó el sambenito de llevar la defensa a ultranza de la queja primigenia, del grito desesperado, de dolor milenario. Comenzó pues la andadura de su periplo gitanista con un libro que a la sazón se convertiría en el Corán de sus seguidores, Mundo y formas de cante flamenco, escrito junto al poeta de Puente Genil Ricardo Molina. Si bien se encuentra plagado de verdades como puños, se ve a la vez infectado de teorías sin fundamento, hechos de dudosa veracidad y conclusiones pintorescas, pero al ser la palabra del profeta ha sido adorado por miles de seguidores y sus principios seguidos a pies juntillas.
En su biografía hay un hecho que no ha sido aireado por sus seguidores temerosos seguramente de restar méritos a Antonio pero que en verdad propició que pudiera dedicarse en cuerpo y alma a su pasión, el cante gitano-andaluz, por el que cual mesías entregó su vida entera. Ese hecho es que le tocó el premio gordo de El Niño en el año
A todo esto figuras hasta entonces ocultas aparecen en escena, Juan Talega, Tía Anica la Piriñaca, Borrico de Jerez, Rafael Romero El Gallina, La Pirula de Málaga, Sernita de Jerez, que en general casaban con el modelo a seguir y que, gracias a esa corriente ideológica, nos legaron unas grabaciones deliciosas con su voz preñada de gitanismo. A ellos nos referiremos en el Tema 10.