Otro de los estilos que sirve de eslabón para unir el fandango histórico con la soleá es, además del polo, la tirana, el género musical que sustituyó en muchas ocasiones a las seguidillas con las que solían concluir las tonadillas, una vez que estas habían alcanzado su esplendor allá por los años setenta del siglo XVIII. En esa década la tirana logró el favor de autores y público pasando a ser la auténtica protagonista de las obras. Cuando en los primeros años noventa del siglo ilustrado cayó en desuso, muchas tonadillas hacían mención a la crisis culpando de la caída de la tirana a la popularidad del bolero y otros bailes y canciones afines.
La tirana se cantaba sobre una cuarteta octosílaba y un estribillo que suele comenzar con el quejido de “ay tirana”, y tenía preferencia por el carácter satírico, picaresco y malicioso según nos hace notar José Subirá en su monumental obra sobre la Tonadilla Escénica
También era género bailable y en este sentido creemos que la tirana es el antecedente más claro de los jaleos (y por ende de la soleá), además del eslabón que une el jaleo con el fandango histórico, quedando la línea evolutiva de la siguiente forma: jácara-fandango-tirana- polo-jaleo-soleá. En un baile de teatro anónimo de principios del XIX titulado Jaleo de gitanos la música aparece como “Tirana” en compás de 3/8, indicándonos su filiación soleaera. En este sentido apuntemos que también de Cádiz llegaban sones de tirana como nos hace saber la tonadilla a dúo de 1780 compuesta por Pablo Esteve con el título de El desvalido y protegido, donde se cantan unas seguidillas que rezan así:
Una tirana nueva
oíd queridos
que ha traído de Cádiz
vuestro Perico.
A respingar, ole.
Va de tirana,
que aunque es cosa oída
esta es extraña
La más famosa tirana del repertorio es la que escribió Ramón Carnicer (sobre una anterior de Pablo Esteve) con el título de la tirana del Trípili
Trípili trípili trápala
que esta tirana se canta y se baila,
anda chiquilla,
dale con gracia,
que me robas el alma
El aria italiana acabaría sustituyendo a la tirana y la influencia operística golpearía de muerte a la propia tonadilla, pero concluimos este apartado con una tirana de Pablo del Moral en la tonadilla a tres de 1797 titulada De afuera vendrá
Las costumbres extranjeras
tanto la España corrompen
que solo majos y toros
muestran que son españoles.
Póngase chupa y cofia
y montera a lo caló,
li li li li li lo.