En los años setenta TVE decide producir una serie de 100 capítulos (uno por semana) dedicados al flamenco en el que aparecerán las principales figuras de la época: de Antonio Mairena a Manolo Caracol, Terremoto, Fernanda de Utrera, Diego el del Gastor y un larguísimo etcétera fueron apareciendo frente a las cámaras.
Se trata sin duda alguna del documento más importante de aquella época dirigido por Mario Gómez con guión de Pedro Turbica y José María Velázquez-Gaztelu, quien figura también como entrevistador. El proyecto fue diseñado junto a Romualdo Molina, y siguiendo las directrices de José Manuel Caballero Bonald, siguiendo la filosofía que ya había expuesto el poeta jerezano en su antología realizada para el sello Vergara. Se rodó entre 1971 y 1973 recorriendo todos los rincones de la geografía flamenca y es la mejor muestra del flamenco de aquellos años. Gracias a esta serie hoy podemos apreciar con claridad el talento buena parte de los artistas de entonces.
Los diferentes capítulos tocan los temas más variados del universo jondo. Los estilos flamencos, la geografía del flamenco, la fiesta, la llave de oro, las familias flamencas, las grandes figuras de la Edad de Oro, la evolución, los festivales, Lorca y el flamenco, los niños cantaores, en fin, cien capítulos que son el mejor tesoro de un época irrepetible donde los artistas hablan de sus peripecias en el arte de la postguerra. En este enlace podemos verlos todos.
En este sentido hay que apuntar que las opiniones vertidas en Rito han funcionado como verdades absolutas durante muchos años, contribuyendo también a crear una mitología de hechos y verdades que hasta hoy siguen prevaleciendo en el inconsciente y el consciente de la afición y los artistas. Al ser el único documento audiovisual de calidad e integral del flamenco, todas las ideas ahí vertidas suelen ser punto de referencia para muchas de las teorías que caminan a sus anchas por el ideario jondo, siendo consideradas como verdades absolutas. Todos los que ahí aparece son protagonistas de una época, ahí están Manolo Caracol y Antonio Mairena, dos baluartes del género jondo y máximas figuras de una época irrepetible. Un documento único y un tesoro audiovisual rodado en las postrimerías del franquismo. Desde entonces no se ha hecho para la televisión nada que podamos equiparar a esta joya de la producción audiovisual.