Manuel Ortega Juárez es el último eslabón de una saga flamenca gaditana, los Ortega. En DEIF resume la genealogía de Caracol en estos términos: tataranieto de El Planeta por parte materna, biznieto de Enrique El Gordo Viejo y Curro Durse, nieto de El Aguila, sobrino nieto de Paquiro, Enrique El Gordo, Rita Ortega Feria, Manuel Ortega Feria, Chano Ortega Feria, Gabriela Ortega Feria, Carlota Ortega Fernández, Rita Ortega Fernández y del torero El Cuco, tío de Gabriela Ortega Gómez, primo de El Almendro, Carlota Ortega Monje, Rafael Ortega Monje y Rafael Ortega Morales, hijo de Caracol, padre de Lola Ortega Gómez, Enrique Caracol, Manuela Ortega Gómez y Luisa Ortega Gómez, y suegro de Arturo Pavón.
Su magisterio como artista contrasta con Antonio Mairena, éste como representante del flamenco ortodoxo y Caracol como rey de la heterodoxia flamenca.
En 1922, cuando contaba trece años, recibe el reconocimiento del Concurso de cante jondo de Granada y desde entonces su carrera no dejó de ascender hasta convertirse en el referente de varias generaciones de artistas que van desde Camarón a Antonio Reyes en la actualidad
Caracol debutó en Madrid ese mismo 1922 y al año siguiente emprende una gira por toda España junto a Antonio Chacón, Manuel Torre, El Gloria, Manuel Centeno y otras primeras figuras de la época. En 1925 lo encontramos junto a la Niña de los Peines, Pepe Marchena, El Cojo de Málaga en un concurso de cante. En esta línea continuó toda su juventud, compartiendo la escena con los cantaores más importantes, El Sevillano, Juanito Valderrama, Pepe Pinto, Concha Piquer.
Pero serán en 1943 cuando comience su camino junto a Lola Flores con el espectáculo ‘Zambra’ de Quintero, León y Quiroga que llevaría por todos los escenarios durante ocho años. Se convierte entonces en el artista flamenco más popular y encuentra en las zambras
Tras una gira junto a Pilar López presenta su espectáculo La copla nueva, para presentar al público a su hija Luisa como cancionista y cantaora, en 1958 graba su antología Una historia del Cante e inicia una gira por Hispanoamérica que le llevará tres años.
En 1963 inaugura su tablao Los Canasteros, en Madrid, con un elenco artístico de primera: Curra Jiménez, La Polaca, su hija La Caracola, María Vargas, Trini España, La Perla de Cádiz, Gaspar de Utrera, Melchor de Marchena, Orillo de Puerto, Paco Cepero y Terremoto. A partir de entonces su carrera se centrará en este local de la calle Barbieri, a excepción de algunos festivales y galas benéficas, se inicia la época de los homenajes y reconocimientos como la Orden de Isabel la Católica que le fue otorgada en 1969.
Falleció en accidente de automóvil, el 24 de febrero de 1973. Su multitudinario entierro es la mejor muestra de su popularidad, rindiéndosele tributo en todos los festivales que se celebraron ese año. Sobre Caracol dijo Anselmo González Climent:
Está casi desligado de toda externidad amable. Va directamente al rajo angustioso y denso del jipío. Nada de flatus vocis al uso operista. Parece cante de aljamía. Sin embargo, hasta sus locuras conservan un hálito afiligranado de gracia plástica. Con el sólo ejemplo de Manuel Caracol se puede hablar de lo que buenamente puede entenderse por perfección flamenca. Siendo historia, y de la mejor, Manolo Caracol es ante todo vida fluyente, devoradora… Sus jipíos enteros, viriles, verosímiles son negras bocanadas de jondura que atraen e incluso anonadan. Caracol infunde a la totalidad expresiva un sostenido impulso de jondura y de desgarro vital.
Manuel Ríos Ruiz por su parte afirma:
A Manolo Caracol habría que ponerlo junto a Silverio, don Antonio Chacón, Manuel Torre y Pepe Marchena, entre los maestros y los genios.