Las bulerías, como estamos viendo a lo largo de este curso, es el verdadero cajón de sastre del género flamenco, al admitir todo tipo de tonalidades y todo tipo de letras. Y la tercerilla octosílaba le va como anillo al dedo, por lo dicho antes en referencia a la soleá, por el espíritu de esencia concentrada que caracteriza estos cantes. Tanto en las bulerías propiamente dichas como en aquella que se hacen para escuchar y que son conocidas popularmente como bulerías por soleá, o bulerías al golpe.

Lo que tu querer me cuesta,
tres añitos de enfermedad
y tres de convalecencia.

No te quiero por la ropa,
te quiero por ese lunar
que tienes junto a la boca.

Yo a mi caballo le eché
hojitas de limón verde
y no las quiso comer.

Qué cosas dice este loco,
que la verdad no la dice
pero mentiras tampoco.

Bulerías por soleá

A voces llamo a mi madre
y como no me responde
llamo a la Virgen del Carmen

Qué mala suerte has tenido
que en la feria de Antequera
los gerés te han detenido