La seguiriya es uno de los estilos mas singulares del género flamenco, en su estructura musical y también en las letras. La rítmica de la seguiriya presenta ya de por sí una estructura única que podemos traducir en la teoría musical del flamenco como la amalgama de un compás ternario con otro binario, produciendo una de las más sofisticadas formas no solo del género flamenco sino de la música tradicional andaluza en particular y española en general.
En cuanto a las letras sobre las que se cantan las seguiriyas también marca la diferencia respecto al resto de los estilos flamencos. La estrofa sobre la que se cantan las seguiriyas tienen una medida tan particular que debemos remontarnos a los siglos 11 y 12, durante la dominación árabe para encontrar una forma poética similar, que encontramos en las jarchas
La seguiriya, seguidilla gitana, siguiriya puede ser de cuatro o de tres versos
En los estudios sobre la lírica del flamenco normalmente se hace hincapié en la nula relación entre las letras de seguiriya con respecto a la seguidilla. En el siglo 18, sobre todo en el repertorio de las llamadas tonadillas escénicas, encontramos múltiples seguidillas gitanas que, sin embargo, no responden en absoluto a la música que reconocemos como seguiriya. Se trata se seguidillasen toda regla cantadas por personajes que hacen de gitanos, y su estructura y versificación son seguidillas, nunca seguiriyas. Sin embargo si analizamos superficialmente estos dos tipos de estrofa encontramos más puntos en común de los que hasta la fecha suele ser reconocido. Para empezar el nombre. ¿Por qué se denominan seguidillas?
Hagamos un pequeño experimento. Si al tercer verso de una seguidilla le añadimos un ripio obtenemos una estrofa muy similar a la seguiriya:
A la mar que te vayas
querido Pepe
por muy lejos que vayas (gitano mío)
me voy por verte
Vemos que entonces no está tan lejanas las letras de seguidillas de las seguiriyas y que la relación histórica entre ambas formas, mas allá de la influencia de endechas y jarchas, es evidente. José Blas Vega nos dice que el característico tercer verso endecasílabo de la forma actual de la siguiriya debió nacer cuando un inspirado cantaor agregó al verso cualquier exclamación o locución de cinco sílabas: ¡mare de mi alma! ¡la pobrecita! ¡compañerita! u otras parecidas, como está patente en algunas letras de siguiriyas del cancionero de Demófilo, de las que si desglosamos el tercer verso en cinco o seis sílabas nos damos claramente cuenta del añadido o postizo.