Ya nos referimos en el primer Tema a los estilos libres, aquellos que se hacen sin una métrica determinada, sino con una rítmica ad libitum, tal y como se dice en la música académica. Pero queremos volver sobre este tema brevemente ya que la gran mayoría de los estilos flamencos que se hacen de esta guisa proceden de fandangos que en su origen fueron en compás ternario y con la rítmica del bolero o abandolá, y un buen día comenzaron a hacerse libre seguramente a fin de imprimir a estos estilos de origen folclórico y con las versiones tradicionales muy cercanas un carácter jondo del que carecían. Se comenzó haciendo con las malagueñas, y enseguida lo hicieron los estilos mineros y las granaínas, práctica que se adoptó también en los años veinte del pasado siglo para los fandangos personales también llamados naturales.
La métrica libre es característica de la estética jonda y forma parte de una forma de expresarse que pretendía alejarse del aroma folclórico de origen para adentrarse en unas formas más jondas, más flamencas.