Una de las principales características de la música flamenca son sus fuertes contrastes de dinámica, articulación y la ornamentación melódica tanto en el cante como en la guitarra. El microtonalismo de la melodía flamenca, santo y seña de esta música y buque insignia de su estética. El modo armónico que llamamos flamenco, un modo alternativo al mayor y el menor que armoniza las tonadas frigias que predominan en los estilos mas jondos como la soleá o la seguiriya. La rítmica acéfala, que deja el primer tiempo en silencio es otro de los elementos que caracterizan este género de música. La métrica de amalgama de un compás binario con uno ternario (6/8 + 3/4) heredada de la música histórica española que durante siglos sirvió de sostén a zarabandas y jácaras, hasta que surgieron los jaleos principiando el siglo 19, fueran estos en el modo flamenco, soleares, o en modo mayor, cantiñas. Y también la inversión de esa métrica que conforma el compás de seguiriya. La independencia rítmica entre cante y guitarra que propicia la variedad interpretativa de un mismo cante según quien lo haga. El equilibrio entre las partes como fundamento estético de la forma musical flamenca. La variada dinámica que va desde los sonidos mas pianísimo hasta los mas fuertes. Así podríamos resumir los principios estéticos del flamenco que hacen de esta música un género reconocible por todo el mundo, con elementos que son marca de la casa. Comentemos brevemente cada uno.
El microtonalismo, algo en lo que hemos insistido en este curso, es una de las principales características del flamenco. Identificamos enseguida si alguien está cantando flamenco por la singularidad melódica, la forma de emitir el sonido, de colocar la voz. Melodías que no caben en un pentagrama que fue diseñado para escribir notas puras y exactamente temperadas. Esta manera de cantar es santo y seña del flamenco y uno de los puntales estéticos que caracterizan su música. La diversidad estilística unida a los múltiples tipos de voces
También hemos hecho hincapié en este curso a la importancia del modo armónico que llamamos flamenco, en contraste con los modos mayor y menor, otro de los elementos que caracterizan esta música y marcan la diferencia respecto de otras músicas europeas americanas. El aroma oriental que desprende este modo, esta forma de acompañar las melodías flamencas que se realizan en el modo melódico de mi
La rítmica acéfala, en la que también hemos insistido durante el presente curso, es otra de las principales peculiaridades del flamenco. Dejar el primer tiempo en silencio, algo muy común en la música africana y afroamericana, está más que presente en los estilos más genuinamente flamencos como soleares, cantiñas, seguiriyas o tangos, y todos sus derivados, es decir, la práctica totalidad del género.
La métrica de doce tiempos alternando compases binarios y ternarios es también otro elemento estético que incide en la singularidad de esta música. Estilos como soleares, cantiñas, seguiriyas, guajiras y peteneras, la caña y los polos, las bulerías para escuchar, romances y jaleos, muchos de los estilos considerados netamente flamencos miden la música en compases de doce tiempos y eso es algo que tenemos que considerar propio de la estética musical de esta música.
La independencia entre cante y guitarra no quiere decir que cada una vaya por su camino, imposible en cuestiones musicales, sino que no son tan dependientes entre sí como ocurre en la gran mayoría de las música occidentales. La guitarra sirve al cante de apoyo, está al servicio del cante y su papel está basado en facilitar la expresión jonda, sin molestar, haciéndose a un lado, dando protagonismo al cante, que es el centro neurálgico de la estética musical jonda. Logrando el equilibrio adecuado para que se entienda la letra y el cantaor tenga toda la libertad para expresarla desde el corazón al aire.
Todo este que hemos comentado se refiere a la estética del cante y el acompañamiento de la guitarra. En referencia al toque de concierto, además de buena parte de lo expuesto para el cante, deberemos añadir el virtuosismo como característica del toque flamenco, la sigularidad armónica, no solo a lo antes dicho en referencia al modo flamenco, sino a los acordes que los guitarristas flamencos utilizan, llenos de alteraciones que ayudan a colorear convenientemente la música utilizando, sobre todo, las cuerdas al aire (sin pisar) para lograr esas disonancias.
También es propio de la técnica de la guitarra flamenca el singular uso que hace del pulgar y los rasgueos que le son propios, la alzapúa y los múltiples tipos de rasgueo, lo que se conoce como toque pa abajo, en contraste con el toque para arriba del picado, trémolo y arpegio, que se usa en la llamada guitarra clásica española, de la que el flamenco también bebió.
Seguramente es el baile la disciplina con una estética más definida. Habría que dedicar un tema entero a comentar todos y cada uno de los elementos que lo identifican. Desde el movimiento de manos, el braceo, las caderas, la cabeza, la expresión de la cara, la mirada, los dedos, el vestuario, todo en el baile flamenco es singular, peculiar, propio, específico, representativo, distintivo y todos los adjetivos que se nos ocurran.
El gran maestro vallisoletano Vicente Escudero no solo fue un gran bailaor sino también un teórico e incluso dibujante. Fue protagonista de una época dorada del baile y, cuando ya atesoraba décadas de carrera escribió un Decálogo del baile flamenco masculino. Era el año 1951 y en él resume la estética de una época. Comentó tanto el baile de hombre como el de mujer, aunque el decálogo se refiere solo al primero.
En referencia al baile de hombre dijo: Es muy difícil penetrar en su hondura misteriosa, y es muy difícil su exposición. Pero si afirmo que ese duende que tanto cacarean eruditos y profanos es un mito que desaparece bajando con sobriedad y hombría, traduciéndose entonces en el misterio que todo arte lleva. A los diez puntos de mi decálogo tiene irremediablemente que ajustarse todo aquél que quiera bailar con pureza. Ahora mismo yo no conozco a nadie que use de ellos en toda su extensión. Muy raramente se encuentra algún bailarín o bailaor que use tras o cuatro de mis puntos, los restantes brillan por su ausencia. De tal manera que les invito solemnemente a seguir la verdadera tradición del baile flamenco puro y masculino. pero nos puede servir de guía.
Y hablando del baile de mujer: En esta época no se baila con pureza, se han perdido aquellas líneas, aquella majestad, aquel braceo como se decía antiguamente, de arriba abajo y de abajo arriba, de líneas femeninas y misteriosas de La Macarrona, de la Malena, de la Fernanda y de otras de la época pasada que acariciaban la tierra con sus pies de seda. Ahora a la única que se le pueden ver algunos sorprendentes detalles de majestad es a Pastora Imperio. Hay otra bailaora flamenca que se dedica a dar lecciones; si ésta quisiera podría recordar muy bien a los grandes de antes, pero como lo que piden ahora son zapateados y zapateados, el resultado es que en estos tiempos las mujeres bailan casi igual que los hombres. Hay algunas que bailan magníficamente bien, pero lo difícil es mantener la pureza del baile flamenco desde el principio hasta el fin.
I. Bailar en hombre
II. Sobriedad
III. Girar la muñeca de dentro a fuera, con los dedos juntos
IV. Bailar asentao y pastueño
V. Las caderas quietas
VI. Armonía de pies, brazos y cabeza
VII. Estética y plástica, sin mixtificaciones
VIII. Estilo y acento
IX. Bailar con indumentaria tradicional
X. Lograr variedad de sonidos con el corazón, sin chapas en los zapatos, sin escenarios postizos ni otros accesorios.